Mitos y verdades de la sauna: todos sobre sus beneficios

2022-08-08 02:27:59 By : Ms. Charlotte Liu

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Beneficios, contraindicaciones, consejos y mitos de la sauna

Acabo de regresar de un viaje a Finlandia, un país donde hay 3 millones de saunas para tan solo 5,5 millones de habitantes. Para los finlandeses la sauna es un lugar de relajación, de purificación y de encuentro social. Más de un acuerdo comercial se ha cerrado en una sauna y más de una amistad se ha forjado entre sudores y hojas de abedul. También es el sitio donde se celebraban los partos hasta bien entrado el siglo XX. A diferencia del resto del mundo, en Finlandia la sauna no es prerrogativa de gimnasios y centros deportivos, sino algo asociado al hogar.

En las zonas rurales, levantan una pequeña cabaña al lado de un lago, porque los finlandeses no entienden la sauna sin su posterior chapuzón en agua helada, una costumbre que ha llegado incluso hasta Chiara Ferragni. Los fineses han extendido su costumbre por todo el mundo, y probablemente en el centro deportivo en el que tú entrenas regularmente hay sauna (seca) y a veces incluso un baño de vapor, lo que también se llama "hamán" o "baño turco". Veamos cómo sacar el mayor partido a estas instalaciones.

Independientemente del nivel de humedad, los efectos de la sauna y el baño de vapor son similares. Al entrar en la sauna, el ritmo cardíaco aumenta (de 100 a 150 latidos por minuto) y los vasos sanguíneos se dilatan, lo que aumenta la circulación –de manera similar al ejercicio de intensidad baja a moderada– dependiendo de la duración del uso de la sauna. Sin embargo, la sauna no sustituye la actividad física, es un complemento perfecto, pero tomar sauna no es "hacer deporte".

El aumento de la circulación puede ayudar a reducir el dolor muscular, mejora el movimiento articular y alivia el dolor de la artritis.

El calor en una sauna mejora la circulación lo que también lleva a la relajación y a producir una sensación de bienestar.

La reducción del estrés que se da en la sauna significa un menor riesgo de afecciones cardiovasculares. Analizando datos de un estudio finlandés sobre enfermedades cardiacas, la doctora Rita F. Redberg descubrió que los que tomaban una sauna de cuatro a siete veces por semana tenían 63 % menos probabilidades de experimentar un paro cardiaco y 50 % menos de morir de enfermedad cardiovascular que los que solo acudían una vez por semana.

Según el estudio mencionado antes, los que toman saunas mueren con más edad. Aunque no se sabe a qué se debe esa longevidad (si es por el relax y la sensación de bienestar, o por el hecho de llevar una vida que permite más tiempo de ocio en la sauna, o por la camaradería que ahí surge), lo que está claro es que el tiempo que uno pasa en la sauna es tiempo bien empleado.

Uno de los grandes beneficios de la sauna es su efecto revitalizante y depurativo, ya que aumenta la irrigación sanguínea de la piel, abre los poros y facilita la eliminación de impurezas. Además, el calor favorece la producción de colágeno, la proteína que da a la piel su elasticidad y su firmeza.

En Finlandia tienen una expresión para cuando sales de la sauna, saunanjälkeinen, significa literalmente "tras la sauna" y allí sirve de excusa para evitar hacer casi cualquier cosa. La sensación de estar física y mentalmente limpio es tan maravillosa que quieres disfrutar de ella en paz, todo el tiempo que sea necesario. Esa misma paz es la que te ayuda a conciliar el sueño, el 90 % de los fineses te asegurarán que duermen mucho mejor cuando se han dado una sauna.

La sauna suaviza algunos síntomas de esta y otras enfermedades respiratorias. El calor favorece la apertura de las vías respiratorias, los músculos de los bronquios se relajan por el aire caliente inhalado, reduciendo la flema y la sensación de ahogo.

Solo los bebés y las personas con enfermedades graves o con heridas abiertas deben evitar la sauna. Pero si padeces alguna de estas dolencias, la sauna no es para ti, al menos de momento:

Hasta hace muy poco, los médicos desaconsejaban la sauna a las mujeres en las primeras semanas de embarazo porque el aumento de la temperatura corporal podía poner en peligro el desarrollo del feto. Sin embargo, un reciente estudio publicado en The British Journal of Sports Medicine sugiere que el riesgo de hipertermia materna es muy bajo. El artículo concluye que las embarazadas pueden tomar saunas calientes de hasta 70°C; durante 20 minutos, independientemente de la etapa del embarazo, sin por ello alcanzar una temperatura central que exceda el umbral teratogénico (cuando hay riesgo para el bebé). Aun así, si estás embarazada, consulta antes con tu ginecólogo.

El alcohol aumenta el riesgo de deshidratación, hipotensión, arritmia y paro cardiaco. Ni se te ocurra tomarte una cerveza antes de meterte en la sauna.

No te excedas, nunca hay que pasar más de 20 minutos en la sauna. Durante las primeras veces, conviene no estar más de 5 o 10 minutos.

El sudor puede hacer que pierdas más líquido del que repones, lo que te dejará deshidratada, por eso es muy importante beber agua, durante, antes y después de la sauna. Las personas con ciertas afecciones, como enfermedades renales, tienen un riesgo mayor de deshidratación.

¡FALSO! En la sauna se suda, pero no hay ninguna investigación científica que demuestre que la transpiración desintoxica el cuerpo. Sudar limpia las impurezas de la piel, pero las toxinas como el alcohol, el mercurio y el aluminio se eliminan en su mayoría a través de los riñones, el hígado y los intestinos.

¡FALSO! Otro mito sobre el uso de la sauna es que favorece la pérdida de peso. Puedes llegar a pesar hasta medio kilo menos después de usar una sauna, pero esa disminución de peso se debe a la pérdida de líquidos, no de grasa. El balanza volverá a su sitio en cuanto bebas, algo, que por cierto, hay que hacer antes, durante y después de la sauna.