Johnny, ¿me amarías si el mío fuera más grande?es una novela sencilla, en la que no sobreviven tabúes ni pudores sobre el mundo homosexual masculino.Publicado inicialmente por una editorial clandestina en San Francisco, California, el libro cuenta la historia de un artista y bailarín negro que se describe a sí mismo como un "gay de la vieja escuela", un personaje que tiene muchas similitudes con el autor Brontez Purnell: un excéntrico, bastante conocido en el mundo punk californiano LGBTQIA+.Con fuerte inspiración autobiográfica, la publicación ahora es lanzada en Brasil por la Editora Planeta.El protagonista -cuyo nombre no se revela al lector- desconfía de las nuevas generaciones de homosexuales que invaden las calles y la noche de San Francisco.Son jóvenes con cascos y bicicletas modernas, que no prescinden de cinturones de seguridad y preservativos, pero son incapaces de tener una relación afectiva, especialmente con cuerpos transgresores.Mientras alberga su odio por este grupo, sabotea sus relaciones, imaginando pasiones instantáneas y muchas veces inexistentes en bares, parques, saunas y otros rincones de una ciudad cada vez más conservadora.Además de temas LGBTQIA+, la novela aborda los prejuicios de clase, las tensiones raciales, la cosificación del cuerpo negro en Estados Unidos, la depresión tan común entre los gays estadounidenses -especialmente los afrodescendientes- y las relaciones sociales de un individuo seropositivo.“Fui a la farmacia y miré la caja de condones para mi talla (es decir, portátiles).Me doy cuenta de que no contraje el VIH porque fui promiscua como una prostituta (necesariamente), contraje el VIH porque me daba mucha vergüenza comprar condones pequeños”, revela el personaje principal.Original, llena de vida, divertida y controvertida, esta novela "sin memorias" está construida de forma no lineal y cada capítulo parece cobrar vida propia.Utilizando términos propios de la comunidad gay, pero sin llegar a ser herméticos, este es un libro para cualquiera que no tenga miedo de descubrir verdades sobrecogedoras sobre este universo.“Tenía treinta y tantos años ahora y me encontraba con los mismos hombres en la sauna con los que había tenido sexo allí (y solo allí) desde mis veintes.Hubo hombres con los que tuve sexo casual durante más tiempo que la duración de todas mis relaciones (o como se llamen) combinadas”.