De la uva se puede aprovechar todo. Esa premisa rige a diario a Alejandra Correa en su trabajo al frente de Viniphera, un spa ubicado en el Valle de Guadalupe, en Baja California, donde se puede vivir una experiencia de belleza, relajación y desintoxicación con productos elaborados con semilla y aceites de uva.

Correa decidió experimentar nuevos usos para el vino: aprovechar todo aquello que se iba a la tierra. Gracias a ese reto, nació una empresa dedicada a producir cosméticos extraídos de la uva. Una línea especial de vinoterapia que salió del mismo viñedo de su esposo, con cremas, jabones, shampoos, acondicionadores, bálsamos hidratantes, exfoliantes. Todo libre de sulfatos y parabenos.

De la nada al todo

La única experiencia que Alejandra tenía antes de empezar su empresa era la creación de jabones, pero la curiosidad fue incrementándose cuando visitó a la abuela de su esposo en España. Ahí descubrió lo que era la vinoterapia.

Así aprendió que aquellos residuos que quedaban de la uva, una vez realizado el vino, podían convertirse en un mundo de posibilidades. La cáscara, la semilla, el fango de vino. Todo eso incorporado al organismo humano es antioxidante. Es decir, lo que el vino ya no necesita, es un rejuvenecedor para las personas.

Autosuficiente, ecológico y reciclable son las características fundamentales de Viniphera, que además ofrece servicios en saunas en barrica de roble francés, masajes relajantes con resveratrol, exfoliación con semilla de uvas y masajes con aceites hechos también con semilla de uva. “Contamos con una planta de ozono, en la cual, toda el agua se utiliza tanto en la fábrica como el spa cae a un deposito que neutraliza el PH, y así utilizarla como agua de riego”, explica Correa.

A través de los diferentes “rituales”, los clientes se pueden conectar con la naturaleza por más de tres horas. “No es un spa de 45 minutos, aquí es todo un ritual que realizamos para que en verdad se logre la relajación y al mismo tiempo el cuerpo depure todo lo que no necesita”, dice Correa.

Aunque todo depende del “ritual” que se elija, los pasos básicos son: ingresar a una cabina para tomar una ducha, después a un sauna de madera de barrica, la cual, tiene piedras calientes.

Al terminar, se realiza una exfoliación corporal y facial con semilla de uva, después un baño y al final un almuerzo basado en té, frutos secos y una copa de vino, en la terraza. “Desintoxicar e hidratar es la misión”, concluye Correa, quien sabe que el poder de la uva no tiene límites.

Aquí puedes ver un ranking de los mejores spas con vinoterapia alrededor del mundo, donde se incluye uno en el corazón de Sonoma (California) y acá donde se incluyen otro tipo de tratamientos igual de deliciosos y reparadores.

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